Carlos Arturo Mendez Diaz

El culpable

Temes ser la tormenta en mi corriente,

como si tu candor fuera un estrago,

yo quiero ser culpable dulcemente

del sol que en tu horizonte prende el fuego.

 

Si piensas que mi senda se quebranta,

prefiero ser culpable de tu aurora,

culpable de la música que encanta,

del faro que en tus noches te enamora.

 

Seré culpable de encender tu risa,

de ahuyentar con mi voz cualquier espanto,

culpable de la paz que cicatriza,

del sueño que florece en tu descanso.

 

Y si el amor me nombra en su sentencia,

la acepto como ofrenda de mi empeño,

culpable de tu gozo y tu presencia,

culpable de ser dueño de tu sueño.