No responde al nombre por el que lo convocan, es que asimismo se alude con denominación secreta, intentando salirse del círculo estándar. Su divagar rechaza las cuestiones que a cautivos angustian. Avizora tanta demencia, crueldad, egoísmo, promovidos por las pantallas, cuando él considera al mundo como un escenario, donde cada quien juega un rol según el guión del poder.
Como no es posible vencer al orden fomentado por gobiernos, periódicos, y fuerzas vivas; decide renunciar a su identidad. Así tan simple y tan rotundo como sumergirse en algún espejo adecuado al tamaño del navegante. Hizo el siguiente cálculo
“si conocen mi paradero, no será posible eludir la presión social ni el deseo capitalista. Por ende,
abandonaré documentos de identidad, agendas telefónicas, zapatos, y cuando salga, me habré convertido en lo que no soy, mi anhelo mayor.
—Sí, señora del público, queremos escuchar su queja.
—(Señora del público): ¿porqué estas ideas traídas de los pelos, que malaconsejan a los niños?, ¿quién está detrás de ese diluir en presencia?, ¿a qué partido pertenece?.
—Yo, amable señora, no responderé a requisitorias, a menos que un juez de barricadas lo ordene. Y aunque accediera, el idioma que nos gobierna no cuenta con términos suficientemente adecuados para describir lo apabullante.
Así les dijo a los presentes. Luego de lo cual se infligió la disolución autoprovocada. Hubo jóvenes que se abalanzaron para retenerlo, quedándole entre los dedos jirones de piel yerma, que a los pocos segundos mutaron en nubecilla invernal con destino al qué vendrá . Desde lejos una voz, ligeramente familiar, una voz como de relámpagos, como de ocaso aproximándose, como de inusitada ave en celo; decía:
—si llegan parientes, vecinos, deudos, preguntando por quien dejé de ser, indíquenles que partí en naves de futuro, y que el ayer florece sobre el suelo que pisan.
“El presente...(ya lo explicó don Jorge Luis) el presente está solo”.
Yo resultaré a destiempo contra todo pronóstico y/o vaticinio