RENDIJA DE LUZ
De pronto,
en la noche espesa,
miles de rostros
caminan a la deriva,
desencajados, vencidos,
con sonrisas que gimen
y el peso de sus sombras.
La sed es un espejismo,
una esperanza lejana
en este yermo humano,
donde la dicha es utopía,
una palabra hueca
en la máxima indiferencia.
Y aun así,
con los pies sangrantes de tanto andar,
algunos alzan la mirada
como quien suplica un milagro,
buscando una rendija de luz
que les devuelva el alma,
aunque sea por un instante.
— LMML.