Escuchar tanto viento, presagiando,
el terror de la gente amedrentada
ver caer esa lluvia...cuchilladas,
en los techos tan frágiles; llorando.
Rojos ríos de sangre burbujeante,
escombros la corriente va arrastrando,
una pobre mujer, su hijo va buscando,
tras dinero un hombre muy jadeante.
Es la naturaleza desbocada,
jinete apocalíptico furioso,
relinchos del averno misterioso,
los ángeles del mal en gran manada.
La gente rescatada temblorosa,
se le mira entre llantos, muy juiciosa.
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Dr. Salvador Santoyo Sánchez
8/09/2025