La Espina Dorsal de una Vida
Ella se mantiene en pie
No porque el cuerpo quisiera
Sino porque es lo que sabe hacer
La resistencia
Su idioma, su rebelión silenciosa
Bajo la piel, bajo su porte erguido
Hay un campo de batalla
Un mapa tallado en su espalda
Cicatrices silenciosas
Su espina dorsal—
Un árbol que sostiene el peso de un cielo desbordado
Sus raíces, enterradas en dolor
Sus ramas, dobladas por sueños demasiado grandes
Dobladas, pero nunca rotas
A través de días de lucha
Y noches tormentosas
Soporta el dolor que nadie ve
¿Y el dolor?
El dolor, un poeta cruel,
Tallando su obra en los huesos de su espalda
Escribiendo canciones de lucha y resistencia
Versos que solo ella puede leer
Versos que la convierten en poema
Cada paso, una pelea
Cada momento de pie, un triunfo
Fijada en su lugar por acero y coraje—
Una armadura que la protege del mundo
Pero también la encierra
Sus huesos como barrotes invisibles
Donde la libertad pelea contra su propia fortaleza
Porque la dignidad exige sostenerse
Aun cuando la libertad ruega derrumbe
Y luego, el destino
También la atrapó en sus límites
Una espina enterrada en lo más profundo de su ser
Un hierro que la obliga a mantenerse de pie
Aunque su alma tiemble bajo el peso
Es un ancla que la arraiga a la lucha
Y un filo que la corta desde dentro
Aun así
Aunque el cuerpo flaquea
Su espíritu se alza
Se alza más alto que el dolor que intenta vencerla
Más alto que las sombras que buscaban apagarla
Camina todavía,
Con el tiempo escribiendo su historia en cada vértebra
Sus pasos, cicatrices sobre los pasillos de la vida
Firme, erguida—
Un faro hecho de huesos, iluminando la tormenta
La espina dorsal de su vida
No inquebrantable, pero eterna.
“No es la espalda la que la mantiene en pie,
sino la historia escrita en cada vértebra.”
—L.T.