Me encanta verte florecer cuando sonríes,
iluminas mi día, mi alma, mis días.
Eres la llama que en mi pecho se abriga,
el secreto de amor que en silencio palpita.
Vivamos sin miedo, a escondidas los dos,
pues la vida se escapa deprisa, mi amor.
Si me voy primero quiero que sepas una verdad:
me enamoré de ti perdidamente y de nadie más,
he querido ser el ángel que te cuide y volaré
a las alturas donde estaré y yo te protegeré,
pero con permiso bajaré para tu rostro acariciar,
aunque no me veas, sientas o dormida tú estés.
Las mujeres de ojos claros siempre me han gustado,
como las flores de campanilla de Irlanda, ¡qué suerte!
en los pasillos de la universidad, te conocí de noche.
aunque nos gustamos me quisiste dar a tu amiga leal
regresé y te expresé a ti \"te quiero\" y a nadie más.
El destino insistió en unirnos de nuevo,
y logré ser más que un amigo sincero:
tu ruiseñor, quien atrapó tu corazón,
difícil conquista que aún me da razón.
Dios unió nuestras vidas en un altar,
y dijiste ¡SÍ! con voz celestial.
No he sido perfecto, lo sé sin dudar,
pero intento en tu alma siempre habitar.
Soy un loco, poeta, un hombre encantado,
que vive en tus ojos, de ti enamorado.
Tú me anonadas, me robas la calma,
espero el instante de besarte con ansia.
Que el tiempo se detenga al probar tus labios,
y me entregue entero, sin esperar nada a cambio.
Eres mi reina, tesoro sagrado,
mi amor verdadero, mi bien más soñado.
Andres V. Almiña Negrete – A.V.A.N.
Dedicado a: F. Veronica Santana Zamora
09/17/2025