Erika Castillo

Déjate ser...

Hay puertas que no se tocan,
hay ruidos que no se oyen,
hay lágrimas que no caen,
y hay tristezas que nacen de una gran alegría.

Sarcasmo, fortaleza, nobleza o utopía...
así me toca, a veces, recoger el alma mía.

Entonces comencé a decirme, con caricias:

Déjate llorar. Déjate sentir. Déjate ser.
Permite que otros toquen tu vulnerabilidad:
es el único camino para sanar y hacer el bien.

Que no nos perdamos en el andar por las debilidades ajenas.
Que ninguno, con su falta de verdad, nos cambie el alma buena.
Que nadie diga que, por expresarte, exageras.
No le tomes en cuenta.

Porque lo único que te define
son tus obras, tus ideas,
la bondad de tus palabras
y la sinceridad en tus promesas.