Conjeturas
Dicen que el verso rimado,
musical y bien medido;
modernista siempre ha sido
y del silencio, tallado.
Otros dicen que ha quedado,
totalmente en el olvido,
¡qué ilusión la que han tenido
y por eso han fracasado!
¡Siempre vibra muy disperso
desde Góngora a Martí!
Yo no sé qué tiene el verso,
para hablarlo siempre así.
Es razón de un loco y terso;
es decir, que está de ti.
II
Y siguiendo el argumento
que nos trae la materia,
yo les digo, es cosa seria
para hablarlo en un momento.
No es teatro, no, no es cuento,
no más digo que es histeria,
la que en toda periferia
les aterra el pensamiento.
Y también es desvarío
el estar contra la altura,
ya sabiendo que Darío
esculpió literatura.
¡El rimar es desafío,
no cualquiera configura!
III
Por lo tanto, cada rima
que mi pluma desentraña,
no es ninguna rima extraña;
es valor y autoestima.
Grito abajo y en la cima:
¡fuera excusa, no hay maraña,
el rimar a nadie daña,
al revés, es gran estima!
Pues rimar no es ni una moda,
nunca ha sido ni será.
Yo no sé quién se acomoda
a decir, es libre y ya...
que lo diga otro rapsoda
para ver, si ya no está.
IV
Versar libre no es problema,
nada más es un deguste;
pues rimar es un ajuste
y no cambia el mismo tema.
Y yo entiendo, que el esquema
es, tal vez, quien nos asuste:
mas yo digo, es un embuste
de la gente, y anatema.
No se ofendan mis lectores,
nada más estoy diciendo
a los sastres, profesores
que se enredan pues mintiendo.
¡Al rimar brotan las flores,
nunca ha muerto, está fluyendo!
Samuel Dixon