Alexandra Quintanilla

“La belleza y el Tic Tac”

 

Hay algo que nadie te puede quitar.

La buena genética, el apellido que suena elegante, la figura simétrica de un cuerpo bien estructurado, los rasgos característicos de un rostro que deslumbra; tu personalidad indefinida; la belleza física en determinadas cuentas que, con la llegada de un par de espejos, se multiplica.

Pero sobre todo, la inteligencia: esa que no repite al unísono de una campanilla, como el perro de Pávlov, esa que no es igual a la de las masas. Se niega tu cerebro a doblegarse como una simple impresora de uso personal que va imprimiendo pensares que otros dicen, pero que no saben bien quién los escribe.

 

Pensamiento crítico y, en algunas ocasiones equivocado.

Para desentender tu alrededor, pero entender perfectamente por qué suceden las cosas. Intelecto no perfecto, pero suficiente.

Tanto que podría ser certificado.

 

Nadie puede quitarte los talentos.

Nadie puede quitarte los dones. Los bienes adquisitivos que puedes hacer a través de todo ese conjunto de atributos.

 

Excepto algo: el tiempo.

Juega en contra y a favor.

Impostor.

Perro loco

 

¿Irrisorio? No del todo.

Es más bien un ciclo que cumple una función demasiado seria.

Tu decisión si te frustras o fluyes.

De todas formas, nada lo detiene.

 

El tiempo…

tan caprichoso que no se vende, no es negociable el cabrón.

Tanto que podría ser buen presidente.

Juega bien con la política amena.

 

Autora: Alexandra Quintanilla Toledo

Septiembre 2025