La calle es antigua, oscura de misterios,
de amigos y jóvenes vivos,
con todos ellos, me resguardo de mis miedos,
soy su blanco abuelo...
Dicen que tengo rostro como de santo,
pero tengo un pasado,
pues compré un piso y tuve un negocio,
y engañé al más pintado...
De esto hace mucho tiempo,
cuando los muertos aun no se habían muerto,
y todo estaba en su sitio,
esas cosas que jamás encuentro y recupero...
Ahora soy, el blanco abuelo,
que he vivido tanto, como tanto he mentido,
y siempre terco de pensamiento,
considerado y cariñoso, y muy bien amado...