Tu palabra me vale
lo que estoy haciendo
mientras me miras oír
lo que quieras contarme.
El almuerzo, la costura,
una partida de ajedrez,
un camino, una escultura.
Si hago no más que mirarte
es porque infinito me vale y
todo lo dejo por escucharte.
Sabrás entonces, sin dudas,
que tú me eres importante.