Habito las salvajes sensaciones
que recorren mi cuerpo
conectándome a un silabario viejo,
que llevo tatuado en mi piel.
Una especie de signo zodiacal
predestinó mi quehacer
y rompió los tiempos,
para intentar volar hacia la poesía.
En los intersticios astrales,
di cuenta de los silencios
que corroen el mundo…
Con hambre de Ser
poblé unas páginas
que se llevó el viento…
Sobrevivo con las migajas
que me da la inspiración,
surgida de mis intestinos,
que no reconocen la luz…
En mis avistamientos,
una marea de astros
copa los espacios celestes
y un confín de voces
murmuran en las noches,
una soledad inmensa.
Solitario escribo versos
buscando las llaves
para abrir un viaje
hacia el universo…