Soñaba siempre, con ese amor de otra dimensión.
Ni siquiera sabía, cómo explicar, eso qué deseaba.
Cómo saberlo sí, nunca tuve ante mí, la tal pasión.
Lo ignoraba, pero a esa idea, mil veces acariciaba.
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Presumir, no es, justamente, una forma de mentir.
La vanidad, a veces se abraza, con lo que anhelamos.
El orgullo de estar vivo y presente, es parte de vivir.
En verdad, el amor, no siempre es, cómo lo deseamos.
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Saber qué a amar, se aprende, reduce la ignorancia.
La manera de sentir las emociones, viene del hogar.
Eso de te amo, cómo nadie te amará, es arrogancia.
Señalamos al corazón, porqué necesitamos un lugar.
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¡El verdadero amor, es un todo qué, nos aborda todo.
En el amor el corazón y el estómago, van codo a codo!