Omar Reyes

Ecos

El viento, sutil intruso,
me susurra un secreto:
que aún hay vida,
que aún hay consuelo.

Entre las ramas gime,
me canta historias pasadas,
como si los ancestros velaran
mis noches desgarradas.

La cuerda me tienta,
su silencio es promesa,
pero el murmullo del aire
rompe la certeza.

Con cada soplo me abraza,
como un eco de ternura,
y aunque el corazón se quiebra,
aún late entre la penumbra.

Así me quedo, suspendido,
entre la vida y la nada,
escuchando cómo el viento
me devuelve en sus ecos
el peso del mundo
que arde sobre mi espalda.