Lugar hermoso,
Que, para una serie, da,
Pocos estamos,
Pero bien avenidos,
Veteranos,
Abuelos,
Y parejas,
Bien recibidas,
Que, entre cañas,
Vinos,
Y refrescos,
Un buen rato se echa,
Unos hablan,
Otros platican a gritos,
Y los demás susurran,
Para conservar,
Y compartir,
Lindos recuerdos de antaño,
O actuales,
En su caso.
Una camarera linda,
De psicóloga hace,
Sirve y ambienta el lugar,
Colaborando,
Y ayudando a todos.
Unos discuten,
Por tener la razón,
Aun, a veces,
Sin llevarla,
El alcohol,
A veces habla solo,
Y otros,
Por hacer gracia,
La contraria, se llevan,
Terminando con buen fin.
Otro misterio del bar,
Es la tapa,
Es mágica,
A veces aparece,
Otras no,
Depende el momento,
Quejas siempre hay,
E incluso los clientes,
Portándola la tapa vienen,
La camarera,
Les lleva la corriente,
Para no quedar mal,
Ni Bien,
Y siempre vuelven.
Este bar,
Tiene algo especial,
Una barra de desahogo,
Y la mesa de los yayos,
Todos, estupendas personas,
A su manera,
Llevadero a diario,
Salvo el martes,
Implicada en la fiesta de la chantrea,
Colaborando,
Y ayudando.
Hermoso lugar,
Donde quiero estar,
Y perdurar a diario,
Con todo aquel,
Que quiere disfrutar,
Sana y buenamente,
De un evento inolvidable.