Gonzalo Márquez Pedregal

 EL DIECISÉIS DE SEPTIEMBRE.      

 

Mañana sí será dieciséis de septiembre,

Aquel triste día te encontré ya inerte.

Tumbado la cama arropado sonriente,

Contigo solo estaba la muerte doliente.

 

Me quede roto, vacío sin poder llorarte,

Con el nudo en la garganta mi Jorge.

Mi hermano que soledad inquietamente,

Sensible corazón mío solo puedo recordarte.

 

El Tiempo que inexorable y llega septiembre,

Se me llenan los ojos de lágrimas casi otoñales.

Que las hojas amarillas ya han caído siete veces.

 

Y te extraño hermano y la melancolía me estremece,

Te Guardo en mi corazón, y en mi mente estás presente.

¿Por qué te fuiste? Aquel dieciséis de septiembre, Jorge.