Ya no quiero ser el dueño de nuestros recuerdos,
Me estoy volviendo aún más loco,
Todavía conservo tus letras, tus olores,
Tus olvidos y tantas fotos.
Conservo de ti aquella mancha,
que de mi corazón no se quita,
Y esa tinta de lapicero con tu nombre en mi camisa;
Conservo esa botella de agua,
que besó por última vez tus labios,
Una cama mal tendida y la sábana en mi armario;
Conservo el insomnio que me diste,
De las noches que ya no son nuestras,
Y la amargura de las mañanas
Conserva el recuerdo de tus promesas;
Un sinnúmero de poemas se conservan en mi cuaderno,
Y el eco de tu sonrisa en sus renglones ya no es tierno;
Déjame el corazón vacío, que de los dos no quede nada,
Y llévate nuestros sueños, que durmieron en mi almohada,
Que ya no quiero ser el dueño de nuestros recuerdos,
Recuerdos que no me dejan tener calma
Y de tanto conservarlos, se me estaba muriendo el alma...