Nancy vendía esperanza
en bandejas de Arequipe,
y una voz que se lanza,
para que el barrio la anticipe.
Caminaba por la plaza
con sandalias desgastadas,
y en su falda, como en brasa,
mil historias recortadas.
Cada jueves por la esquina
le dejaba un pan al ciego,
y en su risa campesina
no cabía el mundo ciego.
Nunca pidió lo que es suyo,
ni lloró de cara al día,
pero el cielo, con orgullo,
le tejía poesía.
Nancy es pueblo y resistencia,
es tambor bajo la falda,
es la flor de la conciencia
que no pide, pero manda.
Nancy, te hablo sin gala,
hasta que vuela a verte.
valorada generala.
mujer entera y fuerte.