Freddy Kalvo

El derecho a vivir en paz...

 

El mundo es un laberinto

y se ha vuelto un manicomio

sin haber un nosocomio

que lo vuelva muy distinto.

Hoy el mundo es un recinto

donde no existen corduras

¡Ay matanzas, qué locuras!

La esperanza está cohibida

pues no importa ni la vida

del anciano o las criaturas.

 

La locura se ha esparcido

y se ha vuelto vagabunda

si la muerte es la que abunda

con su llanto enfurecido.

¿Y el «derecho»? ¡Está escondido!

¿La «justicia»? ¡No aparece!

Como el sol, desaparece,

en la noche y su oscurana.

¿Qué será de aquí a mañana,

de este mundo que fenece?

 

En un mundo con violencia

cuesta ser un pacifista;

pero no pierdo de vista

que se vuelve una exigencia.

Y la paz cobra vigencia

porque siempre es un derecho

en un mundo que maltrecho

poco importan ya las vidas

con las guerras fratricidas

que perviven al acecho.

 

¡Muerte al odio y las mentiras,

basta ya de tanta muerte

que quien mata no es más fuerte,

sino esclavo de sus iras!

¿Quién prefiere más las liras,

que el efecto de misiles

que asesinan a civiles?

¿Quién si entiende hoy es capaz

de exigir mejor la paz

y que callen los fusiles?

 

En un mundo tan atroz

que la muerte está de moda,

si es que a muchos incomoda

es preciso alzar la voz.

¡Canta y canta Torogoz,

canta y canta convencido

tu derecho a… ¡haber nacido

y al respeto de la vida

con justicia establecida

como siempre lo has querido!