Tierra dura, tierra seca,
llena siempre de amargura,
verde se viste en abril,
en verano se desnuda.
Fue poblada en otro tiempo,
hoy su gente se difuma;
solo queda el eco santo
de convento y de clausura.
Tierra dura, tierra seca,
llena siempre de amargura.
Cuando el alba tiñe el campo
con su bruma fría y pura,
en otoño se encobrare,
en invierno se sepulta.
Sombras viejas la recorren,
sombras mudas que susurran;
canto y roca se entrelazan,
eco grave de salmodia.
Tierra dura, tierra seca,
llena siempre de amargura.
Llueve poco y cuando llueve
corre el agua fugitiva,
y en estío polvo y barro
cubre sendas y cañadas.
Otoñal será su sino,
siempre vuelta, nunca fuga;
y en invierno se estremece,
fría, helada y solitaria.
Tierra dura, tierra seca,
llena siempre de amargura.