Perimetran los señores del vicio
las demarcaciones de la carne en venta,
en este mapamundi de piernas abiertas
y bocas que succionan por dinero esclavo.
Fado de polígonos de lencerias baratas
e ingratas molestias,
Fado del outlet de sueños.
Fado del coche aparcado.
Fado de la muerte lenta.
Pasamos sin mirar por las esquinas
sin ver el acero rápido del proxeneta
en esos rostros acartonados que contemplan
la desolación del sexo amargo.
Fado del vuelo de paloma coja
y frontera hambrienta.
Fado de la niña escondida.
Fado del amor de saldo.
Fado del 20, 30 ó 50.
Fado...