KETZAL

CORRESPONDENCIA

Fiebre conocida 

Límites soltados por pura sensación de reclusión

Tan grave es la herencia de los padres

Tan poderosa la momento de vivir

 

Cada día es una lucha 

Pensamientos que arrinconan

Otros que dilaceran imperceptiblemente

Quién pueda curar esas heridas irresistibles

 

Miro cómo los pilares caen repetitivamente

Cómo mi ser ya no espera

Qué nombre atribuyen a esta indolencia

Me da igual desde qué ángulo caigan las lágrimas

 

Estas necesidades dejan de ser urgentes

Una suerte de metabolismo degenera

Una especie de ritmo invoca indolencias

Puede costarte el presente querer tener la razón

 

Cada castigo es una pena menos

La suerte que cae desde el cielo

La razón de resistir entre caricias y dolor

Tomo distancia del Sol

 

Invento e imagino mi cuerpo

A salvo regresando al inicio

Pisando de nuevo la promesa del camino