Nadas desnuda en el estrepitoso mar de la polisemia,
sirena escurridiza,
apetecida por marinos arcaicos que ansían poseerte,
descifrarte;
seccionar tu significado.
Has sido manoseada por barbudos ontológicos,
enredinos pensadores modernos;
agresivos desconstructores,
seculares orientales con sedosos mantos.
No eres algo que pueda señalarse con un dedo,
solo una simple categoría relacional.
Un punto de encuentro en el atlas del sentido.
Eres menuda silueta proyectada en el tenue azul.
Una necesidad de orden y permanencia sutil,
un susurro sin forma en la niebla del caos.
Eres cuerpo de concepto escurridizo,
cubierta con demasiadas pocas aristas;
una redondez que asombra
y más tarde desvanece.
Esgrimes un eterno ser lo que es,
sin dejar de serlo ni un ápice.
Eterna sin cambio
en tu propio designio.
Te estructuras causal y subyacente,
determinas tu propio comportamiento.
Eres ente que se resiste a la exploración.
La existencia te precede.
Naces después en la mente de quien te crea,
sin plan, sin un destino escrito.
Eres ilusión útil para navegar una vida.
Un faro que no existe en la tormenta,
eres todo que desnudas nadas.
15-09-2025