lacajarota

El niño intentando caminar

Y después de mucho tiempo
ella volvió a verlo.

Verlo:
una herida que ya cicatrizó.
Sabía que allí sangró.
Sabía que dolió.
Ahora solo era pasado.
Cerrada.

Verlo fue ver a un niño
persiguiendo los juguetes
de la televisión;
un adolescente
buscando otra aventura;
un adulto
incapaz de encontrar calma
en lo simple.

Escuchar hablar de él
fue ver sus muros.
Sus barreras.
Muros contra enemigos,
muros contra heridas.

Fue ver la imagen que había creado de él,
y darse cuenta
de que esa imagen
ya no le pertenecía.

¿Hasta qué punto nos buscamos
en lo que no conocemos
solo para darle un nombre?

Ver sus ojos enternecidos
fue ver un niño buscando amor
sin saber qué significa.
Alguien que solo quiere perderse
para seguir viviendo
con la idea de libertad.

Se alejó.
Él la besó en la frente.
Cínico.
Cobarde.
Con alguien que lo quiso.
Con alguien que sintió algo más.

Ella lo vio irse.
No hubo rabia.
No hubo llanto.
Solo un silencio que ardía
entre lo que fue
y lo que ya no volverá.

Porque a veces gana el miedo.
Miedo a ser lastimados,
aunque ese mismo miedo
nos impida ser amados.

Y ella dejó simplemente
que el silencio hablara por ella una vez más