Frida Marie

Sus brazos...

Ya no me mientas,
yo noto que la quieres,
que a veces la recuerdas,
que miras sus cosas y te da pena tirarlas.

¿Qué tan raro ha sido entonces preguntar por ella?
Aún más raro, nunca haber preguntado;
tú querías contarme.

No te culpo,
debieron haber reído mucho,
tanto, hasta decir su nombre,
tanto, que a veces yo también me llamo así.

Te veo a los ojos y ya no eres mío,
no tengo ganas de un beso,
no me salen los “te quiero”.

Tenías tanto miedo,
y yo, tonta, pensando que era mi culpa;
te abrazaba más fuerte.

Hoy me has dicho la verdad.
No pudiste con la culpa.
Te pido no te preocupes,
yo me equivoqué.
Te di mi cuerpo,
cuando lo único que querías eran sus brazos.

Gané:
yo te amo más entonces,
yo te he amado siempre.
Me hubiera gustado saber qué sería perder