Nicaragua
¡Nicaragua, Nicaragua;
corazón del alma mía,
por tu amor y valentía,
sembraré yo la pujagua!
Yo le escribo a tus volcanes,
a tus dos mares y ríos
que brotan como rocíos
y son como talismanes.
Tus cielos, azul y blanco,
resplandecen con firmeza:
porque es grande tu belleza
como tu guardabarranco.
Nicaragua, mis raíces
son un verso con la historia;
con la lucha y la victoria,
de tus praderas felices.
¡Nicaragua, tierra ardiente,
de serranías e isletas!
Fluyen en ti los poetas
y nos bendice el poniente.
Eres selva por mis venas,
el clamor hecho de acero
y, porque te amo y te quiero,
yo te aplaudo a manos llenas.
Soy de tu estirpe el estero,
soy la voz que no te olvida;
por ti yo he de dar la vida,
soy y seré, pinolero.
Samuel Dixon