VELOCIDAD DE LAS HORAS
¿Cuánto tiempo se puede permanecer mirando fijamente
desde arriba, desde una ventana?
¿Pongamos que estuviéramos contemplando un monumento
o, quizás, entera, la ciudad de la luz?
¿Tal vez dos horas seguidas?
No, más, mucho más, se puede consumir el tiempo
de un día o de todo un mes en cierto casos,
en parte maniatados por las circunstancias
pero también como consecuencia de una firme
voluntad contemplativa.
Los minutos no pasan para los reyes
y para ciertas personas a la misma velocidad.
Gaspar Jover Polo