Sebastian.1rx

Carta de despedida

Me veo através de tus ojos, y me veo diminuto, pequeño. Me veo a través de tus ojos y me veo insignificante.

Lo que és es lo que és, no lo que uno cree que és, sin embargo en mi subconsciente pesan más mis temores que hacen presa de mi imaginación, y me veo através de ti, como si tú fueras un espejo, me veo en el recuerdo de tus palabras, hasta escucho en mi mente tu voz, veo el juicio que hago de mí mismo en tus expresiones en tu rostro que tan bien conozco, un rostro que imagino me enjuicia. Me juzgo através de ti, de tu idea que vive en mí. Me veo insignificante, que en tu vida me volví alguien sin valor, alguien a quien dejaste de lado, descartado, desechado, algo que ya no te es útil.

Eras tú mi mundo, tú eras el horizonte, cielo y tierra, cada destino llegaba a ti, y cada vez que me dejaste me sentí perdido, sin rumbo ni propósito, vacío, roto. Ahora que estoy en tierra de nadie, mis pasos van en un sendero desconocido, voy ciego, sin embargo tengo la convicción de saber adónde debo llegar.

Voy a mi encuentro. Allá a lo lejos hay un faro que arde con deseo y anhelos, sueños, planes y propósito. Me guía a mi destino. Allá voy, aptreto mis manos empuñadas y apreto los dientes, sale de mí una frase con la energía e intensidad que me aseguran que no voy a darme por vencido: \"debo lograrlo, tengo que cumplir mis sueños, el futuro lo construyo hoy, no me voy a detener hasta llegar allá\"

Hay una parte de mí que siempre te espera, que jamás te dejará de amar, lo que dije de mi corazón jamás ha sido más verdad que hoy.
Y ahora veo que fuiste el amor de mi vida, de una vida joven, inexperta, una vida sin consejos ni experiencia. Fue una experiencia pura pero torpe, virgen y desenfrenada, insensata y hermosa. Estoy en mi medianoche, la oscuridad, la caminata silenciosa, el despojo de todo lo que quise, pero un despojo tan necesario...

Veo con claridad que no tenía nada más para entregarte y entiendo que cuando llegue adónde voy, solo entonces tendré un mundo que compartir, aunque no será contigo. Esa parte que aún te espera y te ama me susurra que en aquel entonces de mi futuro también te estará esperando, tranquilo, en paz, aunque no llegues, aunque yo no te busque, aunque tú me hayas olvidado. 

Allá, en aquella cima de esa montaña que debo conquistar está todo aquello que me completa, que me vuelve yo mismo. Allá estoy yo, aquella persona que puede amar de forma completa, sin que le haga falta nada, sin necesitar nada, sin ofrecer nada más que una honesta compañía.

Allá me estoy esperando, donde nada me hará falta, ni siquiera tú. Serás solo un recuerdo hermoso, un tesoro que sabré guardar como se debe hacer con aquello que es valioso.

Desde mi completitud miraré hacia la cima de tu montaña lejana y desconocida, sin saber que aguarda en tus senderos, ni en tus acantilados, ni en tus laderas, no sabré que dice el eco que se escuche en tus ventisqueros, ni siquiera sabré qué fue de aquello que dejé en tu paisaje tanto tiempo atrás.

Tranquilo, desde donde yo esté, estaré mirando hacia tu monte cuando el recuerdo me susurre tu nombre, de tanto en tanto, sin anhelos, solo sabré que allá estás tú, y sabré que de encontrar un puente que me lleve a tu encuentro o tú al mío, te podré abrazar con brazos nuevos, y te hablaré con palabras nuevas, y mi corazón latirá latidos nuevos, porque seré otro, seré yo mismo.