Piel de pétalos dorados
y ojos de un verdoso olivo,
no puedo olvidar su boca
y me brotan los suspiros
cuando la tengo a mi lado
sincronizando latidos
sin saber lo que sucede
porque el Sol aumenta el brillo.
Y por tal mi poesía
se llena de ella en mis versos,
en sus rimas y en sus frases
le construyo monumentos
ensalzando a su hermosura
y rogando siempre al cielo
que ella me quiera querer
tanto como yo la quiero.
Niña creada de jade
con ónix y de alabastro
gema bordada con plata
y con chispitas de cuarzo
ya te construí un pedestal
con ámbar anaranjado
para mirarte, mi diosa
y siempre... ¡Estarte adorando!