Magaña desde el cielo
es un pequeño pueblo,
un valle, una arboleda,
es río y es sendero.
Pero es también un alma
que se respira a pleno,
si sus calles se andan,
sus aromas trascienden;
si se habla cara a cara
del lugar, con su gente,
si se indaga su historia,
-castillo y Medioevo-
en los tiempos pasados
o en el ayer temprano
que llega hasta el presente.
Magaña desde el cielo
es Magaña en la tierra;
sedante y aferrada
y es de vida riqueza,
es espíritu libre
que manso se aposenta
a la vera del río,
del valle y la arboleda,
del olivo y del cerro.
¡Es talante y terreno!