Esa noche de ensueño, amor, te había regalado.
Nunca creí que te vería, pero ahí mismo estabas.
La vida tiene su premio, fue uno, verte a mi lado.
Era mi destino, ya que contigo, siempre soñaba.
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Suelo recordar que, esa noche, había Luna llena.
Mis deseos de esconderme se quedaron presos.
Evoco que, te hablé de amor a conciencia plena.
Fue un mal comienzo, de broncas y no de besos.
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Ese día, me ilusioné, con la idea de estar a tu lado.
Yo olvidé qué, las noches de Verano, me disgustan.
Ese calor agobiante, no era, lo que había anhelado.
No acepto situaciones que, conmigo, no se ajustan.
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¡Jamás, será baladí, un mal momento y un disgusto.
Nunca jamás, un mal encuentro, tendrá buen gusto!