Lambdasan

Canto al desaparecido

¿Dónde estas joven soldado?,
¿dónde estás, que no te veo?, 
no te siento, no te oigo,
pero en aguas, yo te pienso.

Partiste con diecinueve,
sin un rumbo, fuiste al Ebro,
y al poco, llegó una carta:
<<Desaparecido o muerto>>.

Ese día, toda gota 
fue una lágrima en el suelo,
y la sal quemó las plantas 
que crecían en tu huerto.

Dos pesetas, dos al año,
cubrirán que no hayas vuelto, 
pero habrá una bancarrota,
la que cobre tu recuerdo.

En las aguas de este río
tu memoria es lo que encuentro,
porque el cieno de la guerra 
se tragó todo tu cuerpo.

Aunque te recuerde ahora
esa guerra ya es un cuento,
busco paz en la discordia 
que nos cuentan por acervo.

Pues si estalla otro conflicto
entre hermanos, entre el pueblo,
otro niño hará las coplas
si es que yo desaparezco.

Somos más que aquella sombra 
que oscurece a quienes fueron,
en nosotros está el juicio
de escoger lo que seremos.

Suficientes hecatombes 
nos dejaron otros tiempos,
es por eso, aquí y ahora,
que debemos entendernos.

Aquí me despido, ancestro,
que el horror se quede tieso, 
yo te salvo del olvido,
y te entierro, con mis versos.

 

 

A mi tío abuelo, desaparecido en la Batalla del Ebro