Si de pronto apareciera y preguntara:
¡¡¿Qué han hecho la semilla que de mi sangre os he dado?.!!
Tendríamos que bajar la cara de vergüenza
hasta el centro de la tierra;
Aunque sabemos que ante su mirada,
nuestro desnudo es infinito.
Entonces, con voz entrecortada,
diríamos tal vez........
Divino Sol, todo se ha torcido;
tanto nos hemos lavado las manos
que el mar es un desierto;
de tanto dar al Cesar lo que es de Cesar,
se mueren bajo el puente
los niños y la savia antigua.
Por dos o tres monedas, ni siquiera treinta,
vendemos hasta el alma.
Algunos,
han puesto una y otra vez la otra mejilla
quedándose sin rostro, sin rastro, con rastrojos.
Pareciera que Sodoma y Gomorra son el paraíso,
comparado con nuestras capitales.
Por todos los senderos cabalgan siete pestes
que cual castigo asolan nuestra carne
por descuidar la puerta del villorrio.
Amarse a sí mismo a costa del prójimo,
por sobre todas las cosas,
es ahora el mandamiento.
Ya lo sabes, ya lo ves; bajo el sol
¡¡ TODO SIGUE SIENDO VANIDAD !!