LINA DOCENTE

Manantial en el Desierto

Manantial en el Desierto

(Inspirado en Isaías 41:4–29)

El Santo eterno dio inicio al mundo,
y al fin del tiempo su juicio profundo;
los reyes caen cual polvo ligero,
reina por siempre el Dios verdadero.

Al siervo amado declara elección,
sin abandono ni desolación;
con brazo fuerte sostiene y alienta,
su diestra salva, su voz lo sustenta.

Los enemigos serán humillados,
como la nada quedarán borrados;
quien hoy combate mañana no existe,
pues el Altísimo reina y resiste.

El débil, frágil, gusano pequeño,
será instrumento de nuevo diseño;
cual filo ardiente que trilla montañas,
canta su gozo en aguas extrañas.

El Dios eterno concede manantiales,
ríos que fluyen en tierras hostiles;
el seco valle se viste de flores,
y Él da sustento, reposo y favores.

Los ídolos falsos, viento vacío,
no dan consuelo, ni sombra, ni río;
sólo el Señor es quien salva y levanta,
su brazo eterno sostiene y encanta.