Meiga en tus ríos, bruja si por ti río.
Con el ruido de tu avenida y tus escándalos de ciudad,
tus escaparates llenos de emociones, tus callejuelas y rincones,
tus faltas de sintonía que se confunden con alegrías,
con tus palabras largas y tu libre albedrío,
con tus verbos escondidos y kilómetros en mi tiempo.
Te besaré en la boca y me convertiré en ausencia,
te volverás nostalgia que el viento esconderá entre hojas secas
y mi alocada necedad.
Y entonces sabré que te robo un poco de tu sabor,
y que de azúcar salado es lo poco que destilas de amor.
Seré primavera, me vestiré de color pantera,
seré azul y de cualquier color,
seré un libreto que ponga en escena el amor.
Y sin que te des cuenta,
transformada en camaleón,
te vuelvo a mirar y entre el rojo y el verde,
te adivino mío, te presiento cerca,
ahora soy parte del río...
Como si un remolino me encerrara entre tus brazos,
como si con un aire tibio te besara en mis gestos.
Te miro y me escondo en el zafiro de tus ojos,
y una ola de tu mar me sacude de modo violento,
llevándome lejos de este absurdo soñar.
Te miro y soy rosa... tímida caricia,
te acaricio y soy tormenta tropical,
tengo ruido de vendaval...
que te lleva como los alisios,
que te lleva, si es preciso,
un poco al infierno y, amor mío,
con fuego eterno al paraíso.