La vida ya no es mar ni desierto
ni tampoco valle ni montaña
poco a poco va quedando en calma
como en calma está el azul del cielo.
La vida ya no es agua ni fuego
ni tampoco el sol de la mañana
poco a poco toda luz se apaga
porque nadie puede contra el tiempo.
Y en recuerdos ella se transforma
si el recuerdo queda para siempre
y si no, él también se desvanece,
si el tiempo devora la memoria
e impide a quien vive, que recuerde,
la vida que voló como la hoja…