El vacío de la noche,
Su pesada oscuridad,
Su degradante soledad,
Su magnífico derroche
Y un penoso reproche.
Desplazando el descanso,
El más ávido remanso,
Que por ahora recuerdo,
Haber puesto en acuerdo
Ese dolor que amanso.
Aquel sórdido silencio,
Con su ágil melodía,
Induce la apatía
Que felizmente presencio
Y con gracia reverencio.
En un sólido insomnio,
Utilizando amonio,
Para dar su renovación
Con intensa ensoñación:
Clara virtud de dominio.
Mientras busca el reproche
Enloquecer mi descanso,
El día en su remanso,
Quitando la triste noche,
Hace trizas el derroche;
Un amargado recuerdo
Con el que nunca acuerdo.
Esa terca oscuridad
No destruirá la soledad
Que dichoso hoy amanso.
Pablo Paronzini