Cuando las agujas del reloj
son implacables,
y el tiempo se revela
como un tesoro...
¡Una oportunidad fugaz,
que es mejor aprovechar!
Cada día que pasa
es un milagro,
y una oportunidad.
Cada avance en nosotros
mismos, nuestra conexión
con el mundo, y
con los demás...
esculpe, moldea, y expande, el
camino por conquistar.
Más allá de la visión
estrecha del mundo, más allá
del \"creo ser\":
¡Más allá del yo!
Cada pensamiento y
cada acto,
teje el destino en
un ciclo infinito...
Iluminando, o
ensombreciendo por ello, el
camino por andar.
Un viaje transformador,
un salto hacia
la expansión de la percepción,
rompiendo las cadenas del ego...
traspasando los límites de la
identidad individual.
Cada impulso, cada avance
desbloquea nuevas dimensiones
del entendimiento...
acercándonos al infinito
sin retorno ni marcha atrás.
El tiempo, pasa de ser
el verdugo repetitivo,
a convertirse
en el portal...
pues en cada
instante habita la eternidad.
Más allá de la visión
estrecha del mundo,
más allá del \"creo ser\",
más allá de uno mismo:
¡Más allá del yo!