Tus labios rosas son universo,
puerta que invita al secreto,
lugar donde el deseo se enciende
y la carne aprende la filosofía del fuego.
Cada roce es un enigma,
una lección que enseña a los cuerpos
que amar no es solo tocar,
sino descifrar silencios y latidos.
Allí donde se esconde tu misterio,
el tiempo se pliega, se desdobla
y la mente se rinde, sueño en ti
ante la lógica primitiva del placer.
Tus labios rosas son mareas,
ondas que arrastran mi razón,
me enseñan que la entrega
no conoce límites ni nombres.
Cada suspiro es un pacto
entre lo carnal y lo eterno,
una danza que recuerda
que el cuerpo también piensa.
El rojo se vuelve pensamiento,
el tacto se convierte en pregunta,
y cada instante en tu secreto
desafía la filosofía de los siglos.
Amarte allí es filosofía viviente,
un viaje donde se aprende
que el placer es también reflexión,
y que la pasión no se nombra, se vive.
Labios rosas, templo y misterio,
universo que abre sus puertas,
y yo, aprendiz devoto,
me pierdo y renazco en tu esencia.
MAQUIAVELICA