Brotan tus ojos,
dos luceros me nombran,
late mi pecho.
Tu silencio acaricia,
la distancia se rompe.
En tu mirada,
descubro universos,
hogar y calma.
Tus manos son refugio,
mi raíz y mi destino.
Cuando me llamas,
el tiempo se disuelve,
solo tú quedas.
El amor no se acaba,
vive más que la muerte