Debo escribir sin inspiración,
a cerca de esta inoportuna mujer,
con la creatividad gastada
de un hombre sobrio, cansado de imaginar.
Inesperada mujer intrigante,
con sus intenciones frías,
su cuerpo que me desarma,
su cuerpo que me intimida,
y esos ojos…
esa mirada…
Sigo pensando que no debió estar ahí,
fascinándome,
y yo no debí estar ahí,
fascinándome.
Mis sentidos se confunden,
y al recordarla
regresa esa incomodidad dulce
que insiste en ser poema