Más que yo, una piedra
Prefieren la piedra, fría y callada,
antes que mi alma rota y cansada.
Un brillo vacío las sabe engañar,
y mi corazón nadie quiere mirar.
Soy carne y suspiro, un eco perdido,
un ser olvidado, jamás elegido.
Mientras que un guijarro, sin voz ni calor,
recibe más ojos, recibe más amor.
¿De qué sirve el alma, de qué sirve el yo,
si todo es más digno, si todo es mejor?
Hasta lo inerte parece brillar,
y yo en las sombras me dejo apagar.
Quizá soy ceniza, polvo en el viento,
quizá no merezco ni un solo intento.
Pero aún en la nada, aún en dolor,
soy más que una piedra: respiro y soy yo.