Mariposa de alas cortopunzantes,
baila en el aire sin rumbo, sin gracia,
sus vivos colores, sus tinte brillantes,
son redes de fuego que al alma se abrazan,
se impulsa en el viento, sin norte, sin guía,
su belleza, arma mortal, fulgor que asesina,
-\"¡tus alas son dioses!\"- le gritan los hombres,
y ésta los consume sin dejar un nombre,
¿ en que se sostiene la ética humana?,
¿en matar mariposas, gesto de villano,
o en matar cucarachas, hazaña lozana?,
rezó una vez un viejo sabio,
¿o acaso la moral se funde en lo estético,
en la tiranía de un juicio magnético?,
la belleza, engaña, un juicio relativo,
la fealdad, un eco, un concepto subjetivo,
¿qué es entonces lo que nos hace humanos,
la capacidad de amarnos o el poder de odiarnos?
y mientras pregunto su danza no cesa,
la mariposa se ignora, traviesa,
ni el viento que sopla conoce su paz
y ella desconoce que es muerte su brillo fugaz.