En un rincón de mi alcoba te estoy
esperando con amor, y tú no se
dónde te metes, que extraño que
ni una llamada tuya recibo y de mi
parte no la respondes.
Que pena la mia que ansioso por
tenerte en mi regazo ardiente
de deseo me quedo dormido,
y cuando despierto todo no es
mas que una mera ilusión.
Le ruego a mi Dios que calme
esa melancolia que lacera mi corazón
y vuelva a ser yo lo feliz que siempre
he sido.