Si pudiera mi lira
entonar lo que siento
y padezco encerrado en tu hermosura,
con dura resistencia y con gran ira
me maltratara el animoso viento.
Y pudiera mi aliento
mostrar, por gusto mío,
que me has hecho volver, con gran locura,
a la impura desgracia, al sentimiento
que me deja en ardiente desvarío.
Y pudiera tu frío
revivir este fuego
que me hiciera tornar con gran bravura
a tu dura prisión, el señorío
de tus ojos que bellos arden luego.
Si sonoro mi ruego
entregado te fuera
por el viento celoso, apresurado,
que a tu lado llegara con sosiego,
tu respuesta ya rápida quisiera.
Porque vuelva y volviera
a llorar mis pesares,
esperara a tu ardor tan anhelado,
y calmado mi pena yo viviera
porque fueras mi viento tú y mis mares.
Con penas militares,
doy gran guerra por verte,
musa de ardor preciso y esperado;
y mientras paz me han dado estos lugares,
esta espera y su llama me dan muerte.