Poema 2(α)
Ya no hay nada que necesite más, pues no me han dado nada que no tuviera ya.
Anduvo mi corazón en manos ajenas, estuvo mi esperanza puesta en falsas promesas.
Pero no se me ha dado nada que no tuviera ya, en abundancia; a manos llenas.
No hace falta un amor ajeno, un deseo intenso, no hace falta nada de eso.
Porque he sido amado desde antes de mi nacimiento. He sido un deseo, y después; carne y hueso.
No hace falta más la fe ajena, la esperanza de un alma opuesta. Porque mi deseo no es la carne, y la carne es muy buena.
No hace falta más nada. Y después de tanto tiempo, y tanto sufrimiento, recién me entero de que todo lo tengo.