Quizá mañana sea tarde
cuando la energía revierta
la costa de los sentidos
ya no serán los mismos
los tuyos, ni los míos.
Y seremos ilusorias sombras
de un apasionado Dios
que deseó un universo distinto,
nada, absolutamente nada
puede funcionar bien
con egos martillándonos la cabeza
cerrándonos los oídos
en los ojos el deshielo
y en el corazón polar…frío
¡ahí! ...justamente le erró el amor.
Que opresión desafortunada
la inteligencia obsesionada
por sentirse estrella boreal
en el hemisferio mental
cuando solo el izquierdo se
fortalece de poesía sensorial,
mientras el otro
hemisferio fenece
y en lugar de sentir
sigue tratando de razonar.