Es la misma esquina brillante,
los neones que adornan tu cuerpo,
las luces que ciegan al paso de los carros.
No importa si es de noche o de día,
si el frío corta o el calor sofoca,
siempre estás ahí,
en una espera muda,
tacones cansados,
perfume que disimula tristeza
sonrisas que no pertenecen.
Amor de nadie, amor prestado,
que no pregunta por nombres,
que no exige juramentos,
que se esfuma al amanecer.
En tu sombra cansada los pasos resuenan vacíos,
el reloj pierde su ritmo,
y la madrugada me habla de ti.
Bajo el peso del tiempo,
tu mirada se quiebra en destellos,
tu voz se oculta en silencios,
y tu risa se esconde en la penumbra.
Amor de nadie.
una espera que solo tu vida entiende.
Amor de nadie,
amor que nunca se niega.
Sólo tú conoces el camino andado,
sólo tú sabes el dolor de las huellas en tu cuerpo,
el cansancio en tu piel,
y la memoria que nadie pregunta.
Y aun así, cuando la noche calla,
cuando las luces se apagan,
y estás de regreso en casa
descansa tu corazón que, aunque roto,
todavía sueña.