Lienzo
A veces no te reconozco,
después de tiempo lo logro.
Olvidaste mi rostro,
mis manos y labios,
ya no eres la misma
por la que pasaba horas con la pluma en la mano,
pensando en qué escribir como carta,
detalle o algo para verte sonreír.
El día se pasaba rápido
mientras el silencio
de una mente vacía
invadía mi cuarto.
No quiero ser de nuevo
un extraño para ti.
A menudo regreso a la plaza,
intentando recordar aquellos besos
que me hicieron perder la cabeza.
El sol ya no sale
y lo único que me alumbra
es tu foto al lado de mi cama.
Tal vez ya no te reconocía hace tiempo
y me negaba a creerlo.
O puede ser que nunca me dediqué
a conocerte de verdad,
y solo te usé de lienzo,
uno en el que pintar la persona
que deseaba ser.
Me debería dedicar
a quitar la pintura de él
y ser esa persona en verdad.
Pero, la verdad,
nunca te dejaré de amar.