Bendito sea el ocio
que arrima navíos
desde lejanas o cercanas latitudes
con bodegas atiborradas
de historias de pasado y futuro
que se encumbra hasta el mástil
cadencioso de la tinta azul o negra,
surcando la blanca piel de la madera dócil.
Son aromas, sabores,
colores que se cuelan en cada letra
haciéndolas danzar sobre tus ojos
Son vibración de sentimientos
que ríen lloran,
se atropellan para denunciar
tal vez una injusticia
tal vez hablar de un mal amor o del amor
o de los muros de la indiferencia vana
Pero llegan, arriban uno a uno los barcos
trayendo horas de misterio y sombra
Días de húmedos
Inviernos tórridos
atardeceres de veranos
tristes sinfonías de ausencia
Bendito sea el ocio
que permite deslizarse
hasta la fibra más oculta del humano
o más aún,
del propio baúl
donde están los ropajes de mi ego.
Bendito sea el ocio
Bendito sea..